El Grupo de Menores analiza en una mesa redonda cómo abordar el TEAF durante el proceso judicial

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El Grupo Especializado de Derecho de Menores del Colegio de Abogados de Granada dedicó la mañana del 14 de marzo a un tema muy desconocido en el ámbito jurídico como es el Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), un trastorno que presenta una prevalencia global de 7,7 por cada 1.000 niños y adolescentes, según datos del Ministerio de Sanidad.

Por ello, la agrupación invitó a cuatro expertos multidisciplinares con el objetivo de dar a conocer qué es el TEAF y cómo realizar un correcto abordaje durante los procesos judiciales por parte de los letrados. Se trata de Joan Carles March Cerdá, codirector de la Escuela de Pacientes de la Consejería de Salud; Vicente Tovar Sabio, abogado y magistrado en excedencia; Nuria Mateos de la Calle, psicóloga forense - experta en violencia de género; y Mercedes del Valle Díaz, presidenta de Visual TEAF, acompañados durante la mesa redonda por el presidente del Grupo de Menores, Luis Eduardo Gómez Quesada.

La jornada comenzó con la exposición de March Cerdá, quien explicó este trastorno provocado por el consumo de alcohol por parte de la madre durante el embarazo y cuáles son las consecuencias que provoca. “Cuando una mujer embarazada está consumiendo alcohol, el bebé también lo hace, lo que daña el sistema nervioso y otros órganos del feto, generando una enfermedad con cuadros clínicos relativos al peso, talla y anomalías cráneo-faciales, además de alteraciones cognitivas y conductuales que afectan al desarrollo posterior del niño a lo largo de su vida”, comentó el ponente. Asimismo, se refirió a cómo estas alteraciones provocan una serie de consecuencias secundarias, desde fracaso escolar, dificultades de empleabilidad o abuso de sustancias, hasta problemas de salud mental y conflictos legales. De ahí que el representante de la Escuela de Pacientes incidiera en la importancia del diagnóstico temprano. “Lo que hay que hacer es identificar a esos niños cuanto antes, porque, aunque el TEAF no tiene cura, sí se puede ayudar a esos menores y a sus familiares”, adujo.

Por su parte, Tovar Sabio se centró en la repercusión que tiene el TEAF dentro del sistema judicial, destacando la necesidad de que los operadores jurídicos sean conscientes de su existencia y sus efectos para abordar estos casos con propiedad. “Si no se aborda desde un punto de vista médico, el menor es tratado como una persona que no tiene un trastorno”, afirmó. Para evitarlo, el jurista expuso las pautas de actuación desde dos enfoques distintos. Por un lado, desglosó los aspectos a tener en cuenta por la defensa cuando el menor con TEAF es el investigado, entre los que mencionó la importancia de buscar la inimputabilidad del investigado o, si no, eximentes incompletas, de solicitar la aplicación de medidas de seguridad y tratamiento médico, de aportar pericial de parte, de pedir la declaración con respuesta únicamente a preguntas del letrado y de acompañar con documentación médica. En cambio, cuando es la víctima, el magistrado recomendó a los letrados que deben acreditar la especial vulnerabilidad, pedir la declaración preconstituida o la declaración con la figura del facilitador.

La mesa redonda prosiguió profundizando en el papel de los psicólogos forenses de la mano de Mateos de la Calle, que repasó los signos y síntomas que presenta el TEAF a nivel físico y neurocognitivo y que justifican el comportamiento de los menores. “Si relacionamos el tema de salud y el psicológico con la pericial, que es lo que une todo, estamos hablando en muchos casos de inimputabilidad”, aseguró la psicóloga forense y secretaria de Junta Gobierno del Colegio de la Psicología de Madrid, aportando a su vez una serie de pinceladas sobre lo que se puede hacer desde el punto de vista judicial, tanto en el ámbito penal, como civil, y cómo presentar la información al equipo técnico del juzgado.

En último lugar intervino la presidenta de Visual TEAF. Del Valle Díaz compartió con los asistentes una serie de parámetros que ayudan a las familias y profesionales a identificar este “trastorno ignorado” y, en consecuencia, conseguir un impacto significativo en las personas con TEAF, sus familias y la comunidad en general. “Estamos ante una discapacidad orgánica invisible y la estamos tratando injustamente”, aseveró. En este sentido, recordó el proyecto Understanding FASD, una guía para profesionales de la  justicia que establece los pasos para afrontar casos de personas con este trastorno que van desde reconocer el propio TEAF e identificar las posibles implicaciones legales que conlleva, hasta considerar si es necesaria una evaluación especializada o valorar la implicación en la toma de decisiones.

Tras las exposiciones de los cuatro expertos, la mesa redonda concluyó con un participativo turno de preguntas de los colegiados, moderado por Gómez Quesada.

Puedes acceder al vídeo de la jornada en este enlace.