La novela jurídica ‘Un silencio cómplice’ retorna al Colegio para presentarse en sociedad

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El acto también contó con una representación de una adaptación del libro realizada por el Grupo de Teatro, con acompañamiento del Coro colegial


Las páginas de ‘Un silencio cómplice’, de Jaime García-Torres Entrala, han vuelto al Colegio de Abogados de Granada. Si la primera vez llegaron en una encuadernación con anillas con motivo de su candidatura al I Premio Internacional de Novela Jurídica, del que quedó finalista, su reaparición tuvo lugar el 21 de abril para ser presentado ya como libro publicado y disponible para su lectura gracias a la editorial Miguel Sánchez.

“Todo gira en torno a la inocencia y culpabilidad”, comentó el autor, puntualizando que la historia muestra la justicia española tal y como es, “viéndola desde la trinchera, desde el barro, llevando al lector de un lado a otro de la realidad y haciendo que dude”. Eso sí, con Granada, sus calles, sus ritmos y, por supuesto, sus sedes judiciales como telón de fondo, y los celos en las relaciones de pareja, que el fiscal de violencia de género vive en su día a día en el juzgado, como hilo conductor de la trama.  Ahora bien, como aclaró Ángel Sánchez, de la editorial, “es un thriller jurídico, no de malos tratos”, y así tuvo que adaptarse la portada del libro elaborada por Juan Vida.

“Estamos en el mejor sitio para presentar la novela de Jaime porque en la propia novela aparece este Salón de Actos con estos cuadros que tanto impresionan”, señaló el presidente de la Comisión de Cultura, Comunicación y Derechos Humanos, Antonio Olivares, destacando que, en el plano formal, es una “novela perfecta, sin un solo fallo procesal, algo propio de un fiscal como él” y, a nivel de fondo, “llevada con absoluta maestría, con nociones de Derecho, de defensa, de Deontología y algunas reflexiones sobre Justicia que son palabras mayores”.

Un enclave ideal que también sirvió para poner en escena una adaptación a teatro breve de ‘Un silencio cómplice’ realizada por José M. Motos y ejecutada por el Grupo de Teatro del Colegio de Abogados de Granada, con acompañamiento del Coro colegial. Con las notas del experimentado violín de Berdj Papazian, arrancó el montaje en el que el abogado (Ángel Domínguez) reflexiona sobre el caso mientras se intercalan -con gran acierto, en parte, por el trabajo de iluminación) los pensamientos de su cliente (Luis Gómez Quesada), Claudia, una amiga de su pareja (Irene Rodríguez) y Ana, su novia y víctima (Lola Hermoso), quienes supieron reflejar con una sobrecogedora maestría la evolución de los malos tratos y el sufrimiento de las víctimas.